lunes, noviembre 9



dime quién eres y te diré con quién

duermes...

lunes, agosto 3

up- set /no me puedo dormir y se me ocurren dos cosas puntuales que me preocupan: a veces la gente duerme en las casas de otra gente y entonces a algunas casas le sobran las camas. a veces, también, en las casas donde parece que no sobran las camas, la gente no alcanza a decir las cosas que quería antes que la otra gente se quede dormida.

sábado, junio 13

a ella, esta mañana, le asoma apenas la raíz de un diente. una ola minúscula, perceptible sólo para la lengua -en mitad de la boca, en un lugar donde de natural no habría un diente. es un canino filoso, grave como un peligro escalonado. un diente nomás como medida del tiempo: se está de vuelta en el principio de la vida, se sonrie con una imaginación nueva. la leche hierve en la cocina y se separa de la nata, arriba. alguién remueve con una cuchara y deja todo blanco al denudo. la nata es la piel de la leche, la corteza de los materiales no siempre es sólida: en el verano, al sol de la dársena existen las escamas -la branquia de la respiración muda la piel de invierno, el peso grave de la tierra, la rutina de la casa de campo.

martes, mayo 19

Lectura/Poetas llegando del blog:
Clara Muschietti,
Marina Mariasch,
Diego Carballar,
Alejandro Mendez,
Nicolás Domínguez Bedini,
Joaquín Valenzuela,
Nicolás Castro,
Valeria Meiller,
Pedro Mairal,
Mercedes Halfon
Fernanda Nicolini.
Martes 19 mayo 20hs -Casa de la lectura -Lavalleja 924

sábado, mayo 16


water, water everywhere
and not a drop to drink.
the rime of an ancient mariner, coleridge.
La caligrafía de su nombre en chino
El cambio de las estaciones produce desconcierto. Mudar de vestido, acostumbrarse a las variaciones de los árboles: el colchón de hojas debajo de las suelas secas. Extraño la casa de campo, tal cuál era. Ahora todo parece lejano, los mismos libros leídos en voz alta alrededor del fuego –por que el frío verdadero está allí. Y también el corazón chispeante de la leña impregnado en la lana de la ropa. Lo que recuerdo de antes, posiblemente, es otra forma del amor. Cuando todavía caminábamos a cuatro pies del suelo. Alrededor de la casa hay un camino: la verdad está llena de secretas alianzas. Nadie pidió que fuera así, simplemente sucedió que pasaron los años. Aprendimos a viajar cada vez más a menudo y la deriva del viaje es la historia de los árboles. Los niños de los tilos, las mujeres de la casa de campo en un sueño y en otro: los hombres de la tierra en la tormenta, mar adentro. Lejos de la dársena. Cuando lo único que vemos es agua, el jardín florece en la planta del pie.

sábado, mayo 9

Lazos de familia
En esta casa estás, con las últimas mismas siete letras de mi identidad, trazando el arco de la vida. Mi amiga escribió un poema donde su hermana pedalea la furia de las decisiones. Yo te veo y no puedo dejar de pensar en eso. Acá desaprendemos el camino de la infancia, nos despedimos caminando en la dirección opuesta por un corredor largo. Acá crecemos pero no nos criamos. El día declina: me asusta la hora de las brujas y me decís: Valeria, cómo te late el corazón. De la enredadera no cae el padre nuestro, pero creemos igual. Hasta mañana, nos hacemos fuertes evocando el lazo que nos une.

martes, mayo 5

All we need is love
La intimidad es la nueva prisión, pero ¿qué camino trazar entonces, sabiendo, hasta el margen del mejor perfil? Sí una noche de sábado se rompe, se rememora, se abre una puerta posible: cuando junte mis cosas y desaparezca de este cuarto, acá no queda nada de mí pero... ¿es cierto después? La liberación posible después de la intimidad es siempre infinitesimal. Si después me voy a poner de vuelta el mismo vestido, los mismos zapatos, escuchando el mismo disco de los Flaming Lips. Es un permanente volver a empezar y el lunes, en la resaca de la revuelta, vuelve la idea de que todo, todo lo que necesitamos es amor.Una dosis frenética de intensa intimidad, de pelo revuelto, de sábanas de sábado y una botella de Absolut contra la antigua Ley. Mientras camino hasta el subte pienso que las probabilidades géneticas son que mis hijos no se parezcan casi nada a mí. La historia del gen recesivo, pienso, quiere decir que la resaca de la revuelta también va a terminar de desaparecer.Los apasionados son otros, que no quieren tener hijos, que no lloran cuando despiertan solos. Chicas y chicos que no necesitan dormir juntos. Pero en la muerte del amor, todavía, imagino que el final llega muchos años más tarde: un mediodía, con un gesto nomás, yo me doy cuenta de que a partir de ese momento todo se termina. Eso es el amor y el amor se turba cuando entro en la boca del lobo. No, como ustedes piensan, cuando lo nuevo se vuelve antiguo.El amor se turba cuando una medianoche alguién te escribe y te das cuenta de cuánto cinismo puede haber en cinco palabras (que el conflicto proviene del goce no es simplemente un capricho narcisista). Porque él es el otro, el otro, el otro. Y yo, tristemente, no puedo hacer que seamos el mismo. Aunque por pura asociación libre una mañana alguien diga: no te voy a extrañar y yo tarde en darme cuenta de lo que quiere decir eso. Porque el desprecio es indispensable para el mantenimiento del amor. Y si él, de verdad, fuera un hombre sentimental... No hay revuelta posible para el amor y no me asusta saber que, cuando todo pasa del amor, hay un único reverso posible.

lunes, mayo 4

There is no smooth way into the future

Llora. Antes y después de encontrarse con él en la escalera. Se despiden como si fuera para siempre. El taxi tarda. En el fondo, él también está triste. El libro que le regaló tiene un secreto que jamás le van a contar a nadie: un camisón de seda se escurre entre los pies hasta el fondo de la cama. Es una imagen con la que soñarán mil veces ¿Qué perdura a la muerte del amor? Algo con cuerpo: el pelo en la pileta del baño, los desayunos del café amargo, los libros en la mesa de luz, el sol cuando el otro todavía duerme. Los tiempos cambian pero el amor es rústico como el guardabosque. Pero vaya a saber que suceda cuando piense en ello. En ese instante, lo que hay, entre los dos, es una familia creciendo en la dirección contraria, con el pasto amarillo y corto. La extensión de un campo cuando hace meses que no llueve.

domingo, abril 26

We may let the scaffolds fall, confident that we have built our world/Your keeper

Es el día más frío del año. Los días fríos las ideas sobre el amor son blancas. En la película alguien dice que los espantos están por toda la casa. Las ideas blancas son espantosas y están por toda la casa también. No fuma porque es feriado. Los feriados se parecen al domingo. Los domingos las ideas son blancas, como nubes. En un poema, en el malecón, una prostituta grita: yo soy otra. En la idea hay un eco del sueño, en el sueño hay un eco del poema, en el poema hay una mujer que grita como si fuera yo: toda genealogía es falsa. En un sueño, él le entrega un libro. Un libro de Lawrence sobre una mujer. Ella lee una frase subrayada al azahar. En el sueño todo es predestinación. En la vigilia un hueso pelado cae con un ruido estridente al piso y a él le crece un muñón de platino en el lugar del sexo.
Decía:
Sabía que tenía seda en los tobillos, dijo él. No importa, dijo ella, realmente éste es su sitio. Lo dejaré aquí. Sí, déjalo, podré ponérmelo entre las piernas por la noche para que me haga compañía.
Al costado, con un signo de exclamación, está el nombre de ella.
Ella marca frases en los libros con lápiz, en cruces y círculos. La casa está montada en el living. En el resto de la casa: ideas blancas y obreros, manchas de humedad como nubes. En otro sueño: él escribe un poema sobre romper la cama y obreros que gritan su nombre. Antes de salir de la cama, escuchan una conversación en el pasillo. Son ellos mismos, conversando de una forma muy triste: él recuerda a sus amantes como historias felices. Cosas que también son blancas: la piel, los dientes, el pelo cuando nos volvamos viejos. Ella piensa en el amor como en una historia de amor entre primos. Esa noche sueña que le crece un hueso de plata en la palma de la mano. Vuelve a dormir en el living después de una fiesta. Los obreros trabajan en la habitación. Con la ropa arremangada sobre el cuerpo es más fácil hablar del amor. Otra noche: hablan de cosas que no son el amor. Él ronca. Ella le pide que se vaya a dormir al living. Ideas blancas: ¿Son ellos, son sus padres? Duerme tapada hasta la cabeza.

miércoles, abril 1

en la casa de campo, hay una forma para cada prenda del amor.

lunes, marzo 30

la primera persona -singular, es una forma de la intimidad, asusta. escribimos en el plural, mejor, más fácil: nos escondemos detras de tantas cosas: un flequillo tonto, los falsos prejuicios y los verdaderos, la ropa grande, las cosas que no permitiríamos nunca. y sin embargo algunas veces, todavía, creemos en el amor -tenemos sueños en vestidos blancos, sobre campos verdes -hace meses y meses que no llueve en el mundo-. leemos cuentos que nos hacen cosquillas en la panza, nos peinamos un poco distinto una mañana.
si estamos tristes: la velocidad nos hace comernos las uñas.
añoramos: los tiempos de las cartas que cruzaban el océano, los cuentos de mujeres que entraban al mar de madrugada y tenían miedo de sí mismas.
una ráfaga nos tuerce el pelo, nos esconde, nos da un frío raro en la espalda donde no cubre la capa. un amigo llega a rescatarnos: dice: vimos tantas películas, nos quitamos los zapatos y comimos caramelos de cereza y menta durante muchas horas.
nosotras pensamos en los libros que leímos con amor. esos que te cierran el corazón que parece que de repente se detiene. no podemos escribir, hace un tiempo. tenemos demasiado miedo, ahora mejor nos ponemos los piyamas. ni pensar en volver a salir:
afuera, el mundo, es de noche y corre un viento frío.
I wish I could...

laugh from the belly like there's no tomorrow.

viernes, marzo 27


A esa hora ella se conoce menos todavía de lo que conoce al mar. Su osadía consiste en continuar aunque no se conozca. Es fatal no conocerse, y no conocerse exige valor.

Clarice Lispector, Las aguas del mundo, Felicidad Clandestina.

martes, marzo 24

Anoche cenamos las 5. Ni en mi cumpleaños habíamos logramos juntarnos todas. Esta mañana me desperté después de haber tenido un sueño donde estábamos vestidas de novias. Y hubo muchos mails cruzados durante la mañana y la tarde temprano. La conclusión fue que hay una novela mala, una crítica joven, un proyecto para escribir juntas y una idea del amor que son cuatro chicas saliendo de una casa con un tuper cada una.

jueves, marzo 5

issue
cuando son las 3.26 am y a la novela que estás por terminar le empiezan a faltar la páginas -blancas, completamente blancas- deberían responsabilizarse por daño emocional.

miércoles, marzo 4

El chico en el bar, refugiado de la lluvia hace horas, lee y subraya en un libro lleno de humedad:
"Ella le prometió todos sus días, como si fueran piezas de un baile".
Tostadas de jabón: un romance/Julian Maclaren-ross

lunes, marzo 2

24 on the 3rd
...decir que los animales salvajes podrían haber devorado a su propio hijo.
¿es así como se apoderan de uno los pesares de los años, hasta convertir el corazón de carne en un corazón de piedra, como dice la vieja canción?
Alice Munro, La vista desde Castle Rock.

viernes, febrero 27


yo había tenido un sueño en el que olvidabamos la temporada de conejos, los cartuchos suaves, la caza al salto, todo.
alguien llegaba y me decía.
-el verdadero problema es la falta de agua.
yo gritaba como si supiera que en el coto los conejos estaban todos enfermos.
y repetía muchas veces.
-no, las vacunas.
impermeable

a veces estamos cansados de los pájaros.
esos días no podemos dormir:
la conversación sobre los árboles nos quita el sueño,
nos hace pensar en marchar lejos de viaje.

miércoles, febrero 25

Es de noche, o de día.
Es apenas el principio de algo pero podría ser el medio.
Hoy el analista dijo que yo iba a ser un caso difícil.
Me explico que nosotros giraríamos sobre un agujero negro, todo el tiempo.
Y que finalmente ZAZ llegaríamos al agujero negro y allí no habría nada.
O ni siquiera llegaríamos.
Iterar.
Eso le dije.
Eso.
Me contesto.
De noche me enamoro del olor de los tilos que entra por la ventana de un departamento vacío donde me refugio del polvo.
No sé por donde quedó la historia de los árboles.
De día viajo.
En subte, en bicicleta, caminando, en taxi, en colectivo.
Hago trámites en todas las latitudes.
A veces en las oficinas públicas es invierno.
A veces es verano.
Depende.
A veces ni siquiera son oficinas y hoy pasé por la ciudad con una carta a Francia y un libro de Elizondo en la cartera.
Así iteré.
Así era.
Tuve menos ganas de gritar que en otros días.
Extrañé más la casa de campo.
Hablé con alguien sobre mudarse a casas, criar perros y los hijos.
Y vi el dibujo de un niño de siete años donde un padre trabajaba muy duro.
¿Será cierto, el amor?
¿Llegaremos a viejos?
¿Nos mudaremos a las casas?
¿Volveremos a vivir a las pequeñas ciudades?
En unos pocos días cumplo veinticuatro años y quiero festejar.
En los lugares donde estoy, soy la más chica.
Con la gente con la que estoy, soy la más chica.
Me preguntan los médicos si tengo 15, 16, 17.
Nunca 23.
Así promueven mi resistencia al cambio.
Desde que tengo memoria en mis cumpleaños lloro.
Todo el mundo te besa en las mejillas cuando llega.
Y te avisa cuando se va.
Nunca me gustó besar extraños.
Apenas a lo más amigos.
Como todo, es algo familiar, creo.

jueves, febrero 19





I heard the news today



OH BOY!
Hace un año/El amor también

Hoy, mientras le leía a Alexia un cuento sobre una princesa con ojos de semáforo, me prengunté cuánto tiempo pasa hasta que relación decanta, sola, hasta el final. Pensé en mis papás, terminando desde el primer día y teniendo, sin embargo, hijos con una desprolijidad amorosa. Pensé en los papás de Alexia también, que se conocieron y se fueron a vivir juntos y tuvieron una beba preciosa que apareció en casa a los seis meses después de un accidente. Pensé en mis abuelos, casados desde hace cincuenta años, haciendo las palabras cruzadas a la hora de la siesta. Pensé ¿qué es el amor? El amor con atracción, sin atracción, como entre amigos, como fatalidad...Hace poco, en el patio, un amigo me dijo “no hay nada más triste que darse cuenta de la muerte del amor”. Entonces y aunque todavía no entendía muy bien qué era el amor, sentí esa tristeza, la de la muerte del amor. Él también entendió cuando le conté que para mí, el amor no se moría en realidad y me explicó que esa prolongación del amor era el cariño que quedaba después entre las personas que se habían querido mucho. Se me pusieron los ojos como a la princesa del cuento, verdes-enormes y brillantes pero no me animé a llorar. Igual, pensé -en silencio-, cuánta más tristeza me daba entonces el cariño que la muerte del amor.Cuando llegué a casa busqué, entre mis libros de poesía, algún poema que hablara del amor. No me acordaba de haber leído ninguno que me hubiera gustado mucho. Me di cuenta de que no había leído muchos poemas de amor. De casualidad encontré ese poema de Marina, uno de los últimos de su librito blanco que se llama Crows. Lo que más me llamó la atención es que recordaba haberlo leído con una amiga hacia mucho tiempo y que me había gustado especialmente porque hablaba de los Counting Crows, una banda que esa amiga y yo, en nuestra adolescencia, habíamos escuchado sabiendo, como Marina en el poema, que era una banda que la gente olvidaría en serio. También me di cuenta de que apenas había prestado atención a que tenía una dedicatoria -dos iniciales- y que era un poema de amor, que hablaba del amor y que, además, hablaba de un amor en particular.Durante los días que siguieron le leí el poema a varias personas. Había encontrado una respuesta posible al problema del amor. Cierta levedad, en el poema, me tranquilizaba. Un sentimiento adolescente lo llamé, por una semana más o menos. Crows era mi hit del mes. Estaba encantada con ciertas imágenes que me hacían acordar al oso haciendo pis en la nieve del poema de Roberta Ianamico.El fin de semana, en el campo, durante una conversación telefónica, alguien me dijo “no quiero sonar fascista” y yo me acordé: supo que años más tarde, en una salida de chicas bien vestidas alguien diría “la vida es fascista”... Eso era lo que decía en Crows. Y aunque al principio no supe muy bien por qué, tuve un minuto de máxima tristeza. Ganas de llorar, aunque no hubiera nadie para ahí mirarme. El amor es fascista, pensé y corté el teléfono paralizada por esa revelación.La princesa del cuento estaba atrapada en un castillo de arena, con cuatro torres y un puente levadizo de cartón. Gritaba ¡Socorro, socorro! ¡Saquéenme de aquí! Era presa de un rey muy malo que quería obligarla a que se casara con él. La princesa lloraba encerrada en una torre con los ojos de semáforo llenos de lágrimas. Uno nunca sabe donde quedan los castillos de los cuentos, tampoco en qué tiempo pero el amor, el amor es fascista, me repetí.Una gota cayó justo en el botón del cuello de mi blusa. El amor es fascista, anoté en un cuaderno medio minuto después y dibujé dos guardias corpulentos, uno a cada lado de mi frase para que no dejaran que se escape- aunque yo la tuviera todo el tiempo en la punta de la lengua.Esa noche sentí que podía dedicarme el resto de la vida a inventar soluciones para salvar al amor. O escribir un poema, yo también que empezara preguntando, por ejemplo ¿qué quiere decir en un poema una posible derivación sexual?, y ser capaz de contestar: el amor no es fascista, es apenas un castillo, de arena en la playa con una princesa en una torre y un montón de caballeros con escarbadientes pinchudos y un dragón que larga fuego por la nariz que no la quieren dejar ir.
Al final escribí:
El amor es un castillo, de arena en la playa con una princesa en una torre.Un montón de caballeros con escarbadientes pinchudos y un dragón que larga fuego por la nariz no la quieren dejar ir.El amor es fascista.

lunes, febrero 16

La caligrafía/ En la casa de campo

La primera tormenta, cuando las luces se fueron, dispusieron candelabros en todas las habitaciones de la casa.
Mientras los hombres esperaban la hora de salir a contar los milímetros con las botas puestas, ellas le contaron a los niños la historia más antigua que conocían sobre viajes en barco.

miércoles, febrero 11

La Casa de Campo

A la hora del té, conversamos sobre los poemas de Mary Oliver que leímos juntas en la siesta (en la casa de campo las cosas toman formas distintas, con sus horarios y el despliegue de sus ceremonias). Después junto los platos y pongo a calentar el agua para la segunda tetera.
Son las 5.39 y el tiempo de las tostadas trascurrió rápido porque estamos solas:
esta tarde los hombres están en el campo arreglando un molino a viento, todavía no regresan.
Eso quiere decir, posiblemente, que continuaremos leyendo.
Es tu turno ahora.
Con naturalidad traes de la sala familiar dos libros, uno que fue de tu abuela, otro regalo de Misses Hopwood.
Nosotros somos católicos.
Misses Hopwood es protestante.
Están encuadernados en tela azul y, como los diccionarios de Oxford, tienen las letras cavadas en dorado.
El primero se llama The History of The Old Testament in Modern English.
El segundo tiene las cartas de los apóstoles -me decís- pero ni en las tapas ni el lomo se llega a distinguir el nombre.
Cuando lo abrimos lo primero es un lugar y una fecha.
London, 1938.
Y algo más, la inicial de un nombre y un apellido familiar.
Cocinera volante: todavía voy y vuelvo de la mesa abriendo espacios sin migas para apoyar los brazos y los libros.
Por un instante sucede que estoy de espaldas, agachada sobre el lavavajilla.
Decís que vas a leerme el prefacio.
Por el ruido de la losa no consigo escucharte.
Hago un esfuerzo.
Algo sobre la cantidad de años que estudió griego el traductor (¿60?¿16?). Y luego que se trata de una traducción directa.
Del griego.
Al inglés.
Te das cuenta de que debes esperar a que me siente.
Entonces Te interrumpe y me decís, al vaivén del movimiento doméstico.
What gay shorts you have, Valeria.
Me rio para adentro pensando nuestras propias modernidades.
They are brazilian.
I thought so. They are very colorful, very nice.
Voy a lavarme las manos -digo. Ya vuelvo.
En baño me entretengo demasiado frente al espejo.
My life in ancient English, decido.
Así van a llamarse mis diarios. Por este mes.

jueves, febrero 5

Hielo/Mary Oliver

Mi padre pasó su último invierno
Fabricando crampones para zapatos

Hechos de cámaras de neumáticos y recortes de hierro.
(Un artefacto que resbala sobre la parte media del pie

Y se sostiene debajo del zapato
Un pedazo de metal áspero que permite caminar

Sin miedo a caerse
Nunca en la nieve o en el hielo.) Mi padre

No debería haber estado
Tan cerca del trabajo

En un taller húmedo, pero a pesar
De que sentía estar viajando al borde de su mente

No se detenía. Mi madre
Los usaba, y mi tía, y mis primos.

Él los envolvía y los enviaba por correo
Una docena de pares para mí, una docena
Para mi hermana, en California.

Más tarde supimos cómo se los regalaba
A los vecinos, un hombre viejo

Apareciendo con las mejillas azules de frío en cada puerta.
Nadie lo rechazó

Porque ese dar era llanamente un pedido,
Una petición a ser bienvenido y útil–

O tal vez, quien sabe, la semilla de un deseo
De que no lo mandaran solo afuera, al hielo negro.

Ahora la casa parece más clara: libros,
Mitad-leídos, puestos de vuelta en los estantes;

Los proyectos sin terminar a un lado.
Esta primavera

Mi madre me escribe: Estoy limpiando el taller
Y encontré

Tantos pares de crampones,
Cajas y valijas atestadas,

Más de los que llegaríamos a usar nunca.
¿Qué hago? Y me veo a mi misma

Sola en esa casa con nada
Más que el oscuro brillo de acantilados de hielo, la sensación

De explosiones distantes,
Una ceguera mientras busco mi saco–

Y contesto: Mamá, por favor
Guardá todo.

sábado, enero 31


tercer círculo, la ira.

¿qué haremos con quien nos quiere mal si condenamos al que nos ama?

dante alighieri, canto XV, infierno, divina comedia.

martes, enero 27


¿Crecer? Acepto.
Once upon a now/Para Lala

Nos quedamos solas en la cocina después de la cena y vos me preguntás:
How do I look to you?
Sin esperar una respuesta me contás, casi encima, antes de que yo alcance a reaccionar.
I sometimes look at myself at the mirror and think “Who am I?”
A mí enseguida me viene a la cabeza la canción de John Lennon.
Es cierto, estoy en shock. Pero igual llego a escuchar la música para adentro.
Who am I? What am I suppose to do?
Y me sumo, me quedo cantando en silencio acodada en la mesa redonda.
No sé que responder, me atrapaste. Miro tu silla, la única con apoyabrazos. Ahora entiendo mejor lo que significa an armchair. Es una silla donde poner los brazos para levantarse cuando no te alcanzan las piernas.
El sábado salió una nota en Ñ sobre las células madre y yo deseé haberme adelantado en el tiempo, tener guardado tu cordón umbilical en alguna parte y poder decirte.
¿Ves?
Cuando fuimos a la alameda a hacer picnic el domingo te abrí el diario. Vos leíste, no me dijiste nada. Soplaba un viento más fresco ya, había llovido 19 milímetros y se había retirado el frente de aire caliente.
Eran días típicos de calor de Buenos Aires dije yo. No los sentía.
Días frescos para Córdoba llegaste a reírte.
Pero las dos creíamos.
Días de calor insoportable para El Recreo.
Nos reímos.
Estamos juntas -me tranquilicé.
Por la mañana subiste la mitad de la escalera y me despertaste con un hilo de voz.
Vale, it´s ten o´clock.
I´m coming.
En el mismo tono.
Fuimos juntas a Lourdes.
Santa Lucía es muy temprano para mí.
Pero tenés razón.
Siempre.
En Lourdes habría que sentarse en el último banco para escuchar bien.
Yo me puse de rodillas. Aproveché que habíamos llegado temprano.
Vos ya no podés arrodillarte pero te alegraste de poder pararte y sentarte cada vez que fuera necesario.
Es un buen día dijiste.
Nos agarramos fuerte de la mano.
No tan fuerte en realidad.
Pero se entiende. Es una fuerza diferente, no hace falta apretar.
Cada tanto yo te apoyaba la cabeza en el hombro. Ese que más temprano, mientras te vestíamos, me dijiste que se te había caído. La remera de hilo era del mismo color que tus ojos. Todas las remeras celestes se ponen del color de tus ojos cuando las usas. Es bellísimo verlo.
Cuando salimos contaste que yo había sido tu intérprete porque te conté lo de San Pablo.
Era un permiso extraordinario otorgado por el papa estar celebrando el día de un santo y no los misterios.
Yo lloré.
Siempre lloró en misa desde que murió Cecy. La última vez que comulgamos juntas fue en la sala de Malere y yo me tuve que agarrar fuerte, con fuerza, de la silla de ruedas para no ponerme a llorar.
Debe ser por eso.
A veces, cuando tengo miedo, repito de memoria el Salmo 23.
Me hubiera gustado poder leérselo en alemán.
Vos siempre que nos acordamos de eso me lo recitás en inglés.
Ella también se había convertido al catolicismo. Y cuando estuvo enferma decía lo mismo que vos ahora pero cambiado, en otro idioma quiero decir.
En realidad, quería decir lo mismo.
I´m at peace.
Y después todo entre nosotras era Danke Schön.

viernes, enero 2

La caligrafía de su nombre en chino (7)

Ella quería contarle.
El tiempo de las ciruelas es este: en diciembre, cuando los árboles se visten de flores blancas, quiere decir que no helo en el invierno. Los ciruelos parecen copos de dulce recortados sobre el fondo del parque. Primero sale la flor -la planta del pie tiene primero un callo de donde brota después al sol el principio del árbol.
Para él, una sirena -o más bien la cola de una sirena.
Valeria, la planta es una suela permanente.
¿Y la ciruela?
La ciruela un corazón de núcleo duro. Un átomo redondo y perfecto que no se deja roer.
En un sueño la fruta se convertía en una rata redonda y blanca, tras las rejas de un jardín de noche:
No mires.
Miraría.
No tengo miedo ¿Recuerdas? La historia de la casa de campo en la que se seca la laguna.
En plena glaciación:
Era de hielo.
Era de árboles.
Era del libro de las flores.
La microscopia de un mundo se dividía en eras, segundos de máxima belleza.
Ella pensó.
Diario de un naturalista.
Equivocaba el título: Muerte de un naturalista era -él rodaba por los peligrosos baldíos de arena del mundo: las ciudades están iluminada pero esto era la dársena y ellos estaban sueltos como engranajes absolutos.
No leerían juntos pero leerían, con la caída libre de los pétalos:
El origen de las especias.
La continuidad de los tilos.
Las delicadezas en el lugar del tallo.

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