La caligrafía de su nombre en chino (6)
Todavía no caía el sol pero la lluvia hacía que la tarde pareciera suspendida en un ocaso gris y permanente. Desde temprano se habían acodado, cada cual en su sillón del living, para llevar adelante la delicada y silenciosa rutina de los días de lluvia. Era un día de verano en que la historia de los árboles parecía lejana. Era, también, el día de su cumpleaños número treinta.
Ella permaneció largo rato suspendida en esa idea sin rodar por la superficie de ningún pensamiento. Afuera, el agua caía en la forma de finos hilos transparentes y se preguntó como olería el jardín de la casa de campo, tenuemente iluminada por las bajas de la tensión eléctrica que producían allí las tormentas.
Deseo tener deseos de llorar: la tibieza del agua rodando por las mejillas hasta la comisura de los labios.
Pero lo cierto es que se sentía estupendamente bien y recordó un viaje en auto por un barrio alejado de la ciudad, algunos años antes. Tuvo la sensación extraña de estar allí de nuevo, mientras el auto avanzaba por una calle de casas bajas y faroles de luz amarilla. Volvió a ver los árboles cerrándose sobre el cielo como una cúpula espesa y verde y a ella misma presintiendo que hubiera sido agradable vivir allí durante el verano. Pero no hubiera persistido en la idea: cómo abandonar la casa de campo, cómo alejarse de las corrientes de aire salado de la dársena. Después de todo, entre ellos, todo eran grandes extensiones, todo era el capricho de la inmensidad aún cuando se encontraran en el centro de la sala.
Feliz cumpleaños, dijo.
Y lo cotidiano se sumergía en el suave y placido balanceo del sueño...
domingo, diciembre 21
domingo, diciembre 14
la caligrafía de su nombre en chino (5)
¿Y si fuera África?
¿Y si todo hubiera sucedido muy lejos?
Lo que seguía era más bien como un sueño que se tiene temprano con la sinuosidad de una caravana de camellos:
África.
Berlín.
Caminaban sobre los codos cuando él dijo.
Tu serías feliz allí, Valeria.
Ella supo que no aprenderían a caminar de otro modo: todo era los codos, la juntura de la mañana y la extensión de un hilo amarillo visto desde el cielo.
Ella asintió sin el menor gesto- el movimiento era todo de él: los tics de la garra anaranjada del tigre y el sueño tenido en el interior de un ojo dorado.
No se tomaron de la mano ni del brazo: se dieron los codos. Estaban suspendidos como la brillantez del polvo y tenían el pecho como los sacos de aire de las gaitas. Por un segundo pensaron que no- no todo era barro negro ni el miedo a la temporada de pesca. Nadie supo si olvidaban o no la regla pero creyeron, por un instante, que era tiempo de apoyar los codos sobre la mesa.
¿Y si fuera África?
¿Y si todo hubiera sucedido muy lejos?
Lo que seguía era más bien como un sueño que se tiene temprano con la sinuosidad de una caravana de camellos:
África.
Berlín.
Caminaban sobre los codos cuando él dijo.
Tu serías feliz allí, Valeria.
Ella supo que no aprenderían a caminar de otro modo: todo era los codos, la juntura de la mañana y la extensión de un hilo amarillo visto desde el cielo.
Ella asintió sin el menor gesto- el movimiento era todo de él: los tics de la garra anaranjada del tigre y el sueño tenido en el interior de un ojo dorado.
No se tomaron de la mano ni del brazo: se dieron los codos. Estaban suspendidos como la brillantez del polvo y tenían el pecho como los sacos de aire de las gaitas. Por un segundo pensaron que no- no todo era barro negro ni el miedo a la temporada de pesca. Nadie supo si olvidaban o no la regla pero creyeron, por un instante, que era tiempo de apoyar los codos sobre la mesa.
domingo, diciembre 7
La caligrafía de su nombre en chino (4)
Era otro hemisferio. Él escribía una respuesta.
Tus plantas no van a morirse, Valeria. Recuerda que tienes que regarlas, pero háblales también, si puedes.
Ella se miró en el bebedero de la casa de campo:
La prevención de la crueldad- pensó, con la distancia inhumana de la brújula.
jueves, diciembre 4
La califrafía de su nombre en chino (3)
Él dijo.
En la dársena hay un reguero de pájaros y el mar está afuera, en el lugar de las luces oscilantes. Es el mundo ¿Ves? Ahí dónde se curva la panza del océano se nota mejor ¿Qué te despierta? Una sensación de vértigo extraordinaria ¿No es cierto? El mundo se arquea sin derramarse pero bien podría desaparecer por un agujero negro. Cuando volvamos a la casa de campo, en el invierno, todo estará acabado pero ahora mismo el mar se mueve con lentitud, impulsado por un remo enorme y secreto.
Ella pensó.
La intimidad que me es familiar es otra: vecina de los jardines y la hora del té, bajo la excusa de los jazmines y la conversación sobre los árboles -a esta misma hora nos reuniríamos debajo de los tilos a celebrar el bullicio de los nidos y los pájaros, tendríamos el corazón de menta o de miel, algo silvestre con aroma. En la casa de campo, la pava herviría mientras nos rozáramos los codos. El codo del agua, en cambio, es solitario: ahí donde el Este se sella con la línea del horizonte todo parece muerto. Aquí se cierra mi cuerpo bajo muchos cerrojos y muchas llaves de bronce.
Y dijo.
Tengo los pies mojados y ya es casi entrada la noche. No estoy tramando nada, regresemos.
Él dijo.
En la dársena hay un reguero de pájaros y el mar está afuera, en el lugar de las luces oscilantes. Es el mundo ¿Ves? Ahí dónde se curva la panza del océano se nota mejor ¿Qué te despierta? Una sensación de vértigo extraordinaria ¿No es cierto? El mundo se arquea sin derramarse pero bien podría desaparecer por un agujero negro. Cuando volvamos a la casa de campo, en el invierno, todo estará acabado pero ahora mismo el mar se mueve con lentitud, impulsado por un remo enorme y secreto.
Ella pensó.
La intimidad que me es familiar es otra: vecina de los jardines y la hora del té, bajo la excusa de los jazmines y la conversación sobre los árboles -a esta misma hora nos reuniríamos debajo de los tilos a celebrar el bullicio de los nidos y los pájaros, tendríamos el corazón de menta o de miel, algo silvestre con aroma. En la casa de campo, la pava herviría mientras nos rozáramos los codos. El codo del agua, en cambio, es solitario: ahí donde el Este se sella con la línea del horizonte todo parece muerto. Aquí se cierra mi cuerpo bajo muchos cerrojos y muchas llaves de bronce.
Y dijo.
Tengo los pies mojados y ya es casi entrada la noche. No estoy tramando nada, regresemos.
martes, diciembre 2
La caligrafía de su nombre en chino (2)
Él dijo.
Aquí las especias eclipsan a los tilos.
Ella pensó.
¿Qué hago ahora con el libro de las flores silvestres?
Cerró los ojos y vio a la rosa china en plena floración, en el ojo de sol de su balcón, peinándose -la rosa se armaba un tocado de novia enamorada de sí misma que empezaba sobre la tierra y terminaba debajo de ella. Se sintió al tanto, como en la foto donde el caballo no camina. Anotó: Renuncio- ¡El siglo de la velocidad!, dicen. Pero dónde ¿Cómo es así? Nada ha cambiado, la verdad: Buenas noches Valeria-
Eso es algo que a menudo ella también decía pero solía sonar como un cascabel en la oscuridad del cuarto. Buenas noches Valeria. En un buen tiempo no volvería a repetir la frase. No es cierto que no pueda llegarse a la guerra agitando banderitas de colores como si recibiéramos al ejercito aliado: cuando es lunes y en la cocina de la casa rueda una lágrima azul ¿puede domesticarse a la naturaleza?
Quería.
Llorar es bueno Valeria.
El condicional.
Llorar es bueno Valeria.
Quiero.
Llorar es buenas noches Valeria.
Ahora tendría que llegar a odiar por un rato. Unos minutos antes de dormir, el día después entero y cuando se acordara, el resto de los años ¿Qué escribiera? Es todo lo que había hecho: escribir como si fuera a terminarse el mundo- voy a pasar de los árboles y la canela por un buen tiempo, dijo ¿El cuerpo? Pura memoria: no fuimos, no somos, no seremos compañeros de lectura: todo empezó como si tuviera que durar mucho tiempo. Todo fue torpe y dio trabajo y después todo fue rodar por la superficie rozándose los codos sin tener ganas de contarse secretos-
Entonces porqué estaría triste: la conmoverían las chispas de la soldadora en la puerta de un bar al que no volvería nunca? la población mundial multiplicada cuatro veces su número en los últimos cien años? No. Tampoco que las burbujas del agua no se respiran y había detestado el mal té -¿Duele? Si te importa sí, si no te importa no.
Pero también podría ser esto: pasar de los tilos a las especias sabiendo que en realidad lo único que se eclipsa está por fuera del mundo. Y saber que todo arde y en el fondo uno sabe que todo arde. O mejor: tener un sueño con conejos atrapados en un coto de caza.
Él dijo.
Aquí las especias eclipsan a los tilos.
Ella pensó.
¿Qué hago ahora con el libro de las flores silvestres?
Cerró los ojos y vio a la rosa china en plena floración, en el ojo de sol de su balcón, peinándose -la rosa se armaba un tocado de novia enamorada de sí misma que empezaba sobre la tierra y terminaba debajo de ella. Se sintió al tanto, como en la foto donde el caballo no camina. Anotó: Renuncio- ¡El siglo de la velocidad!, dicen. Pero dónde ¿Cómo es así? Nada ha cambiado, la verdad: Buenas noches Valeria-
Eso es algo que a menudo ella también decía pero solía sonar como un cascabel en la oscuridad del cuarto. Buenas noches Valeria. En un buen tiempo no volvería a repetir la frase. No es cierto que no pueda llegarse a la guerra agitando banderitas de colores como si recibiéramos al ejercito aliado: cuando es lunes y en la cocina de la casa rueda una lágrima azul ¿puede domesticarse a la naturaleza?
Quería.
Llorar es bueno Valeria.
El condicional.
Llorar es bueno Valeria.
Quiero.
Llorar es buenas noches Valeria.
Ahora tendría que llegar a odiar por un rato. Unos minutos antes de dormir, el día después entero y cuando se acordara, el resto de los años ¿Qué escribiera? Es todo lo que había hecho: escribir como si fuera a terminarse el mundo- voy a pasar de los árboles y la canela por un buen tiempo, dijo ¿El cuerpo? Pura memoria: no fuimos, no somos, no seremos compañeros de lectura: todo empezó como si tuviera que durar mucho tiempo. Todo fue torpe y dio trabajo y después todo fue rodar por la superficie rozándose los codos sin tener ganas de contarse secretos-
Entonces porqué estaría triste: la conmoverían las chispas de la soldadora en la puerta de un bar al que no volvería nunca? la población mundial multiplicada cuatro veces su número en los últimos cien años? No. Tampoco que las burbujas del agua no se respiran y había detestado el mal té -¿Duele? Si te importa sí, si no te importa no.
Pero también podría ser esto: pasar de los tilos a las especias sabiendo que en realidad lo único que se eclipsa está por fuera del mundo. Y saber que todo arde y en el fondo uno sabe que todo arde. O mejor: tener un sueño con conejos atrapados en un coto de caza.
lunes, diciembre 1
la caligrafía de su nombre en chino
él dijo.
aquí las especias eclipsan a los tilos.
ella pensó.
¿qué hago ahora con el libro de las flores silvestres?
cerro los ojos y vio a la rosa china en plena floración, en el ojo de sol de su balcón, peinandose -la rosa se armaba un tocado de novia enamorada de sí misma que empezaba sobre la tierra y terminaba debajo de ella.
él dijo.
aquí las especias eclipsan a los tilos.
ella pensó.
¿qué hago ahora con el libro de las flores silvestres?
cerro los ojos y vio a la rosa china en plena floración, en el ojo de sol de su balcón, peinandose -la rosa se armaba un tocado de novia enamorada de sí misma que empezaba sobre la tierra y terminaba debajo de ella.
miércoles, noviembre 26
Korea Literal
Cuando hace tres años, me convertí en algo así como la profesora de inglés de la comunidad coreana, todavía no sabía todas las cosas que podía aprender…
A plot diagram por ESL, positivo.
The plot is what happens in a story.
The main character in a story usually has a problem.
The character takes steps to solve the problem.
This steps cause things to happen.
The important things that happen in the story are called plot events.
The problem is solved in some way.
This is called the solution.
Korea del Sur para la niña.
Korea del Sur fue un ratito colonia de Estados Unidos pero igual era mejor que con los japoneses. Los japoneses eran tan malos que mataban porque estaban aburridos.
Consigna: una composición, y las virtudes de no conocer el pasado perfecto.
Once upon a time ten cats lived in the city. A cat called Jimmy was the captain. One day a younger cat came. The young cat was more beautiful than Jimmy. So Jimmy fought with the cat. But Jimmy lost. So poor Jimmy left.
Cuando hace tres años, me convertí en algo así como la profesora de inglés de la comunidad coreana, todavía no sabía todas las cosas que podía aprender…
A plot diagram por ESL, positivo.
The plot is what happens in a story.
The main character in a story usually has a problem.
The character takes steps to solve the problem.
This steps cause things to happen.
The important things that happen in the story are called plot events.
The problem is solved in some way.
This is called the solution.
Korea del Sur para la niña.
Korea del Sur fue un ratito colonia de Estados Unidos pero igual era mejor que con los japoneses. Los japoneses eran tan malos que mataban porque estaban aburridos.
Consigna: una composición, y las virtudes de no conocer el pasado perfecto.
Once upon a time ten cats lived in the city. A cat called Jimmy was the captain. One day a younger cat came. The young cat was more beautiful than Jimmy. So Jimmy fought with the cat. But Jimmy lost. So poor Jimmy left.
Etiquetas:
Korea Literal
martes, noviembre 25
LLamadas telefónicas
Los zapatos azules me hacen doler los pies todavía por eso Marina va a traerme a casa. En el camino va a sonar mi teléfono y va a ser para ella. Es Ezequiel, quiere saber, seguramente, por donde anda y ella se olvidó el celular. Yo no sé: el segundo de incertidumbre de una voz familiar que no puedo reconocer me angustia. Preferiría no hacerlo, no tener que formular: “’¿Quién es? Ah… ¿Cómo estás? Si, ya te paso”. Cuando corta, nos hacemos la pregunta de rutina: cómo llega la gente a los teléfonos que necesita. Recorremos una lista corta de nombres: Virginia, mi hermana… no sé me ocurre nadie más. O sí, se me ocurre pero no quiero preguntar. Marina igual lo dice porque sabe que me divierte. Voy apagar el teléfono para siempre digo. Algunas veces fantaseo con estampillarlo contra la pared. Antes, jamás se me hubiera ocurrido volver a casa antes para levantar los mensajes. Con el telefonito sin cables es diferente y cuando suena nunca lo encuentro. Me parece que se escurre a propósito hasta el fondo del bolso y no va a salir nunca de ahí. “A ver, a ver si te interesa tanto como para sacar todas las cosas antes que deje de sonar”. La mayor parte de las veces no me importa, la verdad. Y las veces que lo alcanzo y veo, no quiero atender. Pero hoy sí.
Los zapatos azules me hacen doler los pies todavía por eso Marina va a traerme a casa. En el camino va a sonar mi teléfono y va a ser para ella. Es Ezequiel, quiere saber, seguramente, por donde anda y ella se olvidó el celular. Yo no sé: el segundo de incertidumbre de una voz familiar que no puedo reconocer me angustia. Preferiría no hacerlo, no tener que formular: “’¿Quién es? Ah… ¿Cómo estás? Si, ya te paso”. Cuando corta, nos hacemos la pregunta de rutina: cómo llega la gente a los teléfonos que necesita. Recorremos una lista corta de nombres: Virginia, mi hermana… no sé me ocurre nadie más. O sí, se me ocurre pero no quiero preguntar. Marina igual lo dice porque sabe que me divierte. Voy apagar el teléfono para siempre digo. Algunas veces fantaseo con estampillarlo contra la pared. Antes, jamás se me hubiera ocurrido volver a casa antes para levantar los mensajes. Con el telefonito sin cables es diferente y cuando suena nunca lo encuentro. Me parece que se escurre a propósito hasta el fondo del bolso y no va a salir nunca de ahí. “A ver, a ver si te interesa tanto como para sacar todas las cosas antes que deje de sonar”. La mayor parte de las veces no me importa, la verdad. Y las veces que lo alcanzo y veo, no quiero atender. Pero hoy sí.
jueves, noviembre 20
Daily solitude, infinite sadness
Llevar diario es una práctica reciente, pero es antigua. Toda la infancia llevé cuenta minuciosa de los días en pequeños y no tan pequeños cuadernos con candados y motivos femeninos. Llavecitas, hojas perfumadas. Ahora se trata de simples cuadernos. Moleskines negros y marrones. Finísimos, transportables. De hojas opacas y rayadas donde cada entrada tiene una fecha y una hora en el caso de ocurrir varias entradas en el mismo día. Allí va quedando, desde hace un tiempo, registro de las impresiones, las acciones y las lecturas. Fragmentos enteros de las cosas leídas.
Pensé mucho, al empezar con los cuadernos, en si modificarían acaso mi recuerdo, después, sobre las cosas realmente sucedidas. Ahora me doy cuenta que en ocasiones me resulta más fácil, sino menos engorroso, leer directamente desde allí en lugar de contar, durante las conversaciones. Pero descubro que la lectura de los cuadernos le deja al interlocutor poco espacio para la réplica. No es que un comienzo aquello haya estado implícito en la práctica, es, en cambio, un resultado que se desprende de ella.
Esta tarde le leí a mi abuela un complejo episodio de las últimas páginas. Ella se limitó a unas lágrimas verdaderas pero no dijo nada, o casi nada, tras mis últimas palabras pronunciadas.
Me pregunto, ahora, en el medio de la noche, en el silencio de la casa, si no corro el riesgo de quedar atrapada, finalmente, en esa especie de mutismo compartido, escuchando sólo esa voz del castellano neutro que me lee a mí misma cada vez que me siento, birome en mano, a enfrentar el peligro de la mala caligrafía.
Llevar diario es una práctica reciente, pero es antigua. Toda la infancia llevé cuenta minuciosa de los días en pequeños y no tan pequeños cuadernos con candados y motivos femeninos. Llavecitas, hojas perfumadas. Ahora se trata de simples cuadernos. Moleskines negros y marrones. Finísimos, transportables. De hojas opacas y rayadas donde cada entrada tiene una fecha y una hora en el caso de ocurrir varias entradas en el mismo día. Allí va quedando, desde hace un tiempo, registro de las impresiones, las acciones y las lecturas. Fragmentos enteros de las cosas leídas.
Pensé mucho, al empezar con los cuadernos, en si modificarían acaso mi recuerdo, después, sobre las cosas realmente sucedidas. Ahora me doy cuenta que en ocasiones me resulta más fácil, sino menos engorroso, leer directamente desde allí en lugar de contar, durante las conversaciones. Pero descubro que la lectura de los cuadernos le deja al interlocutor poco espacio para la réplica. No es que un comienzo aquello haya estado implícito en la práctica, es, en cambio, un resultado que se desprende de ella.
Esta tarde le leí a mi abuela un complejo episodio de las últimas páginas. Ella se limitó a unas lágrimas verdaderas pero no dijo nada, o casi nada, tras mis últimas palabras pronunciadas.
Me pregunto, ahora, en el medio de la noche, en el silencio de la casa, si no corro el riesgo de quedar atrapada, finalmente, en esa especie de mutismo compartido, escuchando sólo esa voz del castellano neutro que me lee a mí misma cada vez que me siento, birome en mano, a enfrentar el peligro de la mala caligrafía.
lunes, noviembre 10
domingo, noviembre 2
miércoles, octubre 29
And a kiss from autumny London
brings me back to bed. Today I just
can´t make it.
brings me back to bed. Today I just
can´t make it.
Etiquetas:
principios
domingo, octubre 26
No se supone que seamos/Adam Green
Imaginate un lugar lejos del peligro
Un lugar mejor dónde estirar la pata
No soy yo el que te mantiene prisionera
Exprimiéndote entre los labios.
No se supone que seamos amantes
O amigos, como nos hicieron creer
Tampoco se supone que nos conozcamos
Aceptá mis disculpas.
Yo era un bebé atrapado en la rama de un árbol
Golpeando los barrotes oxidados de la cuna
Hasta que robé tu dedo anular
Quién te parece que está a cargo, ahora?
No se supone que seamos amantes
O amigos, como nos hicieron creer
Tampoco se supone que nos conozcamos
Aceptá mis disculpas.
Vana, subterránea, pelea, boca abajo
Magullado mientras cicatriza la herida
Comida en el avión
Pan, pelea, mordida
Bajando por la grulla naranja del jugo
Imaginate una persona que hayas olvidado
Besando a tu hermano o a tu amigo
Imaginate a un artista herido
Cortándose de nuevo el pelo
Imaginate un lugar lejos del peligro
Un lugar mejor dónde estirar la pata
No soy yo el que te mantiene prisionera
Exprimiéndote entre los labios.
No se supone que seamos amantes
O amigos, como nos hicieron creer
Tampoco se supone que nos conozcamos
Aceptá mis disculpas.
Yo era un bebé atrapado en la rama de un árbol
Golpeando los barrotes oxidados de la cuna
Hasta que robé tu dedo anular
Quién te parece que está a cargo, ahora?
No se supone que seamos amantes
O amigos, como nos hicieron creer
Tampoco se supone que nos conozcamos
Aceptá mis disculpas.
Vana, subterránea, pelea, boca abajo
Magullado mientras cicatriza la herida
Comida en el avión
Pan, pelea, mordida
Bajando por la grulla naranja del jugo
Imaginate una persona que hayas olvidado
Besando a tu hermano o a tu amigo
Imaginate a un artista herido
Cortándose de nuevo el pelo
Etiquetas:
canciones/traducciones
miércoles, octubre 22
Duermevela/Querido:
Despierto de una pesadilla. Nueva entrada en el diario. Pésima caligrafía. Amberes. Un tren. Gente que muere de una enfermedad al estómago. Los tuyos y los míos ocupan todos los vagones. Zurita no entiendo porqué está, pero está. "Ha sido un gusto haber vivido contigo"..."Gracias valeria"... "Si el dolor no cesa te lo clavas cerca del cuello". Nos llevan a enfermería a Marcelo, a Ángela, a tu padre y a mí. Todos vamos a morir. Me inyectan en la médula con una jeringa larguísima y me abro en el aire, como un paraguas. Somos peceras. Estamos llenos de agua verde. Tu padre se levanta, me cede su lugar que es una silla de dentista. Se va lentamente, sin mirarme. Mi abuela sonríe cuando mi tío dice que va a suicidarse. Ella no lo hará. A mí me dicen que sobreviviré. Es mentira. Alguien me acompaña. No puedo saber quién es. El líquido que me sueltan dentro me hace arder el cuerpo. Despierto con un collar de lágrimas. "Dónde está mi cuaderno". Hago los dibujos de las cosas que he visto. El tren venía a buenos aires. Desde un lugar del sur. Era confuso. Pero no se detendría nunca. Yo me sentaba en un asiento que tapaba, del vagón, la puerta de acceso.
Despierto de una pesadilla. Nueva entrada en el diario. Pésima caligrafía. Amberes. Un tren. Gente que muere de una enfermedad al estómago. Los tuyos y los míos ocupan todos los vagones. Zurita no entiendo porqué está, pero está. "Ha sido un gusto haber vivido contigo"..."Gracias valeria"... "Si el dolor no cesa te lo clavas cerca del cuello". Nos llevan a enfermería a Marcelo, a Ángela, a tu padre y a mí. Todos vamos a morir. Me inyectan en la médula con una jeringa larguísima y me abro en el aire, como un paraguas. Somos peceras. Estamos llenos de agua verde. Tu padre se levanta, me cede su lugar que es una silla de dentista. Se va lentamente, sin mirarme. Mi abuela sonríe cuando mi tío dice que va a suicidarse. Ella no lo hará. A mí me dicen que sobreviviré. Es mentira. Alguien me acompaña. No puedo saber quién es. El líquido que me sueltan dentro me hace arder el cuerpo. Despierto con un collar de lágrimas. "Dónde está mi cuaderno". Hago los dibujos de las cosas que he visto. El tren venía a buenos aires. Desde un lugar del sur. Era confuso. Pero no se detendría nunca. Yo me sentaba en un asiento que tapaba, del vagón, la puerta de acceso.
lunes, octubre 20
Para Mauro
Medio día de septiembre.
Leemos sobre el pasto
el poema de Luis Aragon que va a partir en dos
el tiempo. Tiempo recuperado dijo
nosotros en el descuento propio
de la infancia perdidos
por partida doble de tu padre
nos visitamos en un sueño.
Ponemos un pie sobre el primer
escalón que lleva al hospital
donde el paso peatonal
del jardín botánico es un recuerdo queda
el segundo fugaz donde la sombra
del amor es la sombra
en una fotografía en la pantalla
Chile es un país que hemos odiado juntos
en un tiempo escindido son dos tiempos:
cuando éramos todavía
los que éramos cuando finalmente
fuimos los que somos.
En una habitación
cambiada no reconozco tu voz si decís
te contesto con una palabra
me asusta pensar que podríamos
olvidar el final de ese poema
escupamos quieres realmente
la cuenta regresiva
los hijos que imaginamos
tuvieron nuestras virtudes
desheredaron nuestros defectos
pusieron una escalera
para trepar fuera de los libros
dentro de los parques
y crecieron a la luz
de un poema leído en voz alta
veces infinitas puede caer
el niño crecido de la leche
blanco entre las páginas
entre los arboles quedó
clausurada la ilusión de haber tenido
muchos años para llegar a amar
sin existir esa esquina donde pusimos
un zapato apoyamos con fuerza
tuvimos miedo de perderlo todo
el equilibrio que nos mantiene unidos
es una hebra
dorada de pelo que arrancaste
en la puerta para entrar otra vez
a la sala donde morían nuestros abuelos.
Voy a quererte siempre no sabíamos
crecer separados
crecimos juntos
tenemos miedo suspendemos
las clases los compromisos llegamos tarde
a la muerte del amor no pudimos
ejercitar el brazo que dicta
arquear las fechas en la caída del puño
sobre la mesa se hacen presentes
las cartas otra vez los veranos
juntos en el mar nos encuentra
por sorpresa la marea que sube
y nos separa por un hilo de agua.
Medio día de septiembre.
Leemos sobre el pasto
el poema de Luis Aragon que va a partir en dos
el tiempo. Tiempo recuperado dijo
nosotros en el descuento propio
de la infancia perdidos
por partida doble de tu padre
nos visitamos en un sueño.
Ponemos un pie sobre el primer
escalón que lleva al hospital
donde el paso peatonal
del jardín botánico es un recuerdo queda
el segundo fugaz donde la sombra
del amor es la sombra
en una fotografía en la pantalla
Chile es un país que hemos odiado juntos
en un tiempo escindido son dos tiempos:
cuando éramos todavía
los que éramos cuando finalmente
fuimos los que somos.
En una habitación
cambiada no reconozco tu voz si decís
te contesto con una palabra
me asusta pensar que podríamos
olvidar el final de ese poema
escupamos quieres realmente
la cuenta regresiva
los hijos que imaginamos
tuvieron nuestras virtudes
desheredaron nuestros defectos
pusieron una escalera
para trepar fuera de los libros
dentro de los parques
y crecieron a la luz
de un poema leído en voz alta
veces infinitas puede caer
el niño crecido de la leche
blanco entre las páginas
entre los arboles quedó
clausurada la ilusión de haber tenido
muchos años para llegar a amar
sin existir esa esquina donde pusimos
un zapato apoyamos con fuerza
tuvimos miedo de perderlo todo
el equilibrio que nos mantiene unidos
es una hebra
dorada de pelo que arrancaste
en la puerta para entrar otra vez
a la sala donde morían nuestros abuelos.
Voy a quererte siempre no sabíamos
crecer separados
crecimos juntos
tenemos miedo suspendemos
las clases los compromisos llegamos tarde
a la muerte del amor no pudimos
ejercitar el brazo que dicta
arquear las fechas en la caída del puño
sobre la mesa se hacen presentes
las cartas otra vez los veranos
juntos en el mar nos encuentra
por sorpresa la marea que sube
y nos separa por un hilo de agua.
domingo, octubre 19
la calle de la memoria
ayer leímos en la ex-esma. eramos pocos pero casi todos amigos. llegamos justo cuando se ponía el sol. la luz era gris aunque el día había estado precioso. dos perros amarillos y un cachorro muy simpático vinieron a saludarme apenas crucé el gran portón de entrada. una calle larga y arbolada llevaba al edificio donde se realizaría la lectura. antes pasé por la fachada muchos edificios, la que más me impresionó fue la de lo que había sido el hospital. un cartel precedía las escaleras. leí unos horarios, uno de atención para el personal militar y otro para la población civil. pensé en la palabra civilidad. no estoy segura de que exista. traté de espiar por las ventanas. me acordé de que cuando eramos chicos vivíamos junto enfrente de los edificios militares. repasé: el casino, la escuela de polo, el club, el barrio de oficiales, el barrio de suboficiales, la cancha de tenis, la de futbol. nada. solo encontré un dato de color: cuando fui adolescente, una noche, un soldado que estaba de guardia cruzó y dió vuelta la llave porque me vió intentando saltar el portón de mi propia casa. entonces llegué al encuentro de mariana y gabriel. me pare de costado y miré hacia atrás. había caminado alrededor de doscientos metros. ellos también. me pregunté que cosas habrían recordado. me puse a redactar, mentalmente, un principio para mis padres.
ayer leímos en la ex-esma. eramos pocos pero casi todos amigos. llegamos justo cuando se ponía el sol. la luz era gris aunque el día había estado precioso. dos perros amarillos y un cachorro muy simpático vinieron a saludarme apenas crucé el gran portón de entrada. una calle larga y arbolada llevaba al edificio donde se realizaría la lectura. antes pasé por la fachada muchos edificios, la que más me impresionó fue la de lo que había sido el hospital. un cartel precedía las escaleras. leí unos horarios, uno de atención para el personal militar y otro para la población civil. pensé en la palabra civilidad. no estoy segura de que exista. traté de espiar por las ventanas. me acordé de que cuando eramos chicos vivíamos junto enfrente de los edificios militares. repasé: el casino, la escuela de polo, el club, el barrio de oficiales, el barrio de suboficiales, la cancha de tenis, la de futbol. nada. solo encontré un dato de color: cuando fui adolescente, una noche, un soldado que estaba de guardia cruzó y dió vuelta la llave porque me vió intentando saltar el portón de mi propia casa. entonces llegué al encuentro de mariana y gabriel. me pare de costado y miré hacia atrás. había caminado alrededor de doscientos metros. ellos también. me pregunté que cosas habrían recordado. me puse a redactar, mentalmente, un principio para mis padres.
lunes, octubre 13
Para Begoña
Me dieron ganas de preguntarte si te parecía
especial quedarnos juntas
sentadas durante horas sin tener
que decir ninguna palabra, sin tener que contar
ninguna historia ni sonar
listas ni vernos bonitas.
A mí me gustarían las chicas como nosotras.
Me enamoraría de quedarnos
sentadas en silencio juntas, durante horas.
Con ellos es diferente
me contestarías si me animara a preguntarte
si serías mi amiga.
Seamos amigas para siempre me gustaría
decirte con esa naturalidad
de ser niños pero prefiero
quedarnos juntas en silencio
sentadas de la casa en habitaciones
distintas.
Ahora que ya vimos
Twin Peaks no podríamos
partir un corazón, quedarnos
con una mitad. Igual a mí
me gustaría.
Me dieron ganas de preguntarte si te parecía
especial quedarnos juntas
sentadas durante horas sin tener
que decir ninguna palabra, sin tener que contar
ninguna historia ni sonar
listas ni vernos bonitas.
A mí me gustarían las chicas como nosotras.
Me enamoraría de quedarnos
sentadas en silencio juntas, durante horas.
Con ellos es diferente
me contestarías si me animara a preguntarte
si serías mi amiga.
Seamos amigas para siempre me gustaría
decirte con esa naturalidad
de ser niños pero prefiero
quedarnos juntas en silencio
sentadas de la casa en habitaciones
distintas.
Ahora que ya vimos
Twin Peaks no podríamos
partir un corazón, quedarnos
con una mitad. Igual a mí
me gustaría.
Estar en Santiago
Llegar a un lugar nuevo siempre implica alguna forma de la fuerza. Para mí, el primer desafío está en la cardinalidad. Encontrar los lugares, y sobre todo ser capaz de volver a encontrar los lugares, es la forma más genuina de la satisfacción.
Caminé mucho por Santiago. Caminar sola es una forma de estar sola que no me produce tristeza. Me da gusto el doble anonimato de la extranjería. Si fuera posible, permanecería callada la totalidad del tiempo. Que nadie notara que estoy, que no estoy, sería mi deleite. Como estar encima del cerro siendo el cerro, se me ocurre, la totalidad de la vista panorámica. O esas cajas atadas con alambre de zapato que cruzan la ciudad por el cielo. Teleférico, me contestás.
Llegar a un lugar nuevo siempre implica alguna forma de la fuerza. Para mí, el primer desafío está en la cardinalidad. Encontrar los lugares, y sobre todo ser capaz de volver a encontrar los lugares, es la forma más genuina de la satisfacción.
Caminé mucho por Santiago. Caminar sola es una forma de estar sola que no me produce tristeza. Me da gusto el doble anonimato de la extranjería. Si fuera posible, permanecería callada la totalidad del tiempo. Que nadie notara que estoy, que no estoy, sería mi deleite. Como estar encima del cerro siendo el cerro, se me ocurre, la totalidad de la vista panorámica. O esas cajas atadas con alambre de zapato que cruzan la ciudad por el cielo. Teleférico, me contestás.
miércoles, octubre 1
martes, septiembre 30
Los días lejos de la voz/Para Francisco
Si decimos
algo se rompe el cordón que nos mantiene unidos.
Es una cuerda el arco
de la maternidad nosotros
somos hermanos adentro.
Nos enseñaron temprano que una casa
que se habita se llena de murmullos
¿Habrá fantasmas en el velo
de la voz?
Dejé crecer la tela
de araña en la garganta y ahora
mirando los dibujos
en el cuerpo monigotes pienso
tenemos miedo. Se vencieron
en madre los músculos para sostenernos.
Si decimos
algo se rompe el cordón que nos mantiene unidos.
Es una cuerda el arco
de la maternidad nosotros
somos hermanos adentro.
Nos enseñaron temprano que una casa
que se habita se llena de murmullos
¿Habrá fantasmas en el velo
de la voz?
Dejé crecer la tela
de araña en la garganta y ahora
mirando los dibujos
en el cuerpo monigotes pienso
tenemos miedo. Se vencieron
en madre los músculos para sostenernos.
domingo, septiembre 28
Para Francisco
Me da una patada
en el centro del ojo estar tan lejos de la luz.
Si nos preguntan, tenemos los años
de las veces que nos dijeron que no.
Somos los niños más ancianos del mundo. Una sabiduría
extraña nos compete. Quisiéramos
crecer de golpe en el centro de la luz.
En el sueño decías:
El centro de la luz es el olvido
de todas las cosas. Hasta ahora
crecimos como un árbol de nueces. Y todo
lo que cayó de nosotros estuvo siempre envuelto.
Me da una patada
en el centro del ojo estar tan lejos de la luz.
Si nos preguntan, tenemos los años
de las veces que nos dijeron que no.
Somos los niños más ancianos del mundo. Una sabiduría
extraña nos compete. Quisiéramos
crecer de golpe en el centro de la luz.
En el sueño decías:
El centro de la luz es el olvido
de todas las cosas. Hasta ahora
crecimos como un árbol de nueces. Y todo
lo que cayó de nosotros estuvo siempre envuelto.
sábado, septiembre 27
domingo, septiembre 21
Para Lucía
Yo te dije: No sé porqué últimamente las fiestas me entristecen. Y vos me respondiste: Sin el últimamente, me pasa lo mismo. No sabría qué decirte. Entonces escalonamos las salidas. Un éxodo solitario. Un sentimiento compartido. La tristeza nos hace sentirnos fuertes. O débiles ¿Nos sentimos grandes así? Las chicas tristes pueden a subir a un taxi y pedir las direcciones de sus casas mientras se quitan un zapato. Y darse vuelta: por la ventanilla las luces de las avenidas se juntan ¿Tenemos miedo de crecer?
De noche las avenidas son un hilo de asfalto finísimo. Dios es el señor que maneja los semáforos. Cuando está contento las luces amarillas titilan. Entonces el hilo no se corta y la ciudad se mantiene unida en la continuidad de las luces. Todas del color de la cascara del huevo. Adentro, todavía no nos crecen las plumas. No me gustaría ser calabaza en la mano pesada de un gigante. Pero si supiera cantar un lullaby o contar un cuento correría el riego de ser aplastada por el movimiento de las falanges.
Vivir de este lado de la cáscara de la fragilidad ¿me haría indestructible? Una cosa que aprendí: entre ser chicos y ser grandes nos olvidamos las canciones que nos cantaban nuestros papás. Dejamos los libros infantiles en la baulera en una caja. No podemos recordar si crecían o no los arboles hasta el cielo. Nos asusta que no fuera cierto. El peligro: la casa del cíclope ahora puede ser la de cualquier persona que nos intimida. Tenemos miedo de morir de tristeza pero nos gustan los violines porque son trágicos. Y los violinistas porque deberían ser personas tristes. O al menos representar la medida justa del drama. Eso es la belleza.
¿Desdramatizar querrá decir despertar solos? Preguntas, preguntas. El desayuno del domingo es siempre una fusión con la hora del té. Salteamos el almuerzo como los recuerdos. Dormimos hasta tarde porque no queremos tener que recordarnos a nosotras mismas: ayer tuvimos una fiesta. Cuando salto de la cama, el espejo me dice que me asusta la vejez ¿Cosas que me gustan? Los animales, los niños, la música y los libros. En ese orden.
A nuestros amigos los queremos. Son importantes. Pero a veces ahogaríamos todos los cocos en la bañara y nos olvidaríamos del mundo. Soy vertical pero preferiría ser horizontal. Sylvia era bella y era triste. Nosotras apenas quisiéramos caminar por el DF buscando librerías con aire acondicionado donde pasar el rato. Y los días. Y las semanas ¿Nos quedaríamos a vivir? Cosas que quiero: un loro para el hombro, un bastón para los años, brazos fuertes para remar lejos.
Yo te dije: No sé porqué últimamente las fiestas me entristecen. Y vos me respondiste: Sin el últimamente, me pasa lo mismo. No sabría qué decirte. Entonces escalonamos las salidas. Un éxodo solitario. Un sentimiento compartido. La tristeza nos hace sentirnos fuertes. O débiles ¿Nos sentimos grandes así? Las chicas tristes pueden a subir a un taxi y pedir las direcciones de sus casas mientras se quitan un zapato. Y darse vuelta: por la ventanilla las luces de las avenidas se juntan ¿Tenemos miedo de crecer?
De noche las avenidas son un hilo de asfalto finísimo. Dios es el señor que maneja los semáforos. Cuando está contento las luces amarillas titilan. Entonces el hilo no se corta y la ciudad se mantiene unida en la continuidad de las luces. Todas del color de la cascara del huevo. Adentro, todavía no nos crecen las plumas. No me gustaría ser calabaza en la mano pesada de un gigante. Pero si supiera cantar un lullaby o contar un cuento correría el riego de ser aplastada por el movimiento de las falanges.
Vivir de este lado de la cáscara de la fragilidad ¿me haría indestructible? Una cosa que aprendí: entre ser chicos y ser grandes nos olvidamos las canciones que nos cantaban nuestros papás. Dejamos los libros infantiles en la baulera en una caja. No podemos recordar si crecían o no los arboles hasta el cielo. Nos asusta que no fuera cierto. El peligro: la casa del cíclope ahora puede ser la de cualquier persona que nos intimida. Tenemos miedo de morir de tristeza pero nos gustan los violines porque son trágicos. Y los violinistas porque deberían ser personas tristes. O al menos representar la medida justa del drama. Eso es la belleza.
¿Desdramatizar querrá decir despertar solos? Preguntas, preguntas. El desayuno del domingo es siempre una fusión con la hora del té. Salteamos el almuerzo como los recuerdos. Dormimos hasta tarde porque no queremos tener que recordarnos a nosotras mismas: ayer tuvimos una fiesta. Cuando salto de la cama, el espejo me dice que me asusta la vejez ¿Cosas que me gustan? Los animales, los niños, la música y los libros. En ese orden.
A nuestros amigos los queremos. Son importantes. Pero a veces ahogaríamos todos los cocos en la bañara y nos olvidaríamos del mundo. Soy vertical pero preferiría ser horizontal. Sylvia era bella y era triste. Nosotras apenas quisiéramos caminar por el DF buscando librerías con aire acondicionado donde pasar el rato. Y los días. Y las semanas ¿Nos quedaríamos a vivir? Cosas que quiero: un loro para el hombro, un bastón para los años, brazos fuertes para remar lejos.
jueves, septiembre 18
Soñé con una carta de amor
Querida. En el archipielago llueve todo el tiempo. Sin embargo, dijeron que hubo sol unas semanas antes. La temporada de lluvias hace que todo se vea tan dramático. Algo en los colores, en la luz. No sabría explicarlo. Remar es una actividad estoica. La sensación de arribar a donde te lleva en viento y despertar en una isla como sobre el corazón de una ballena. Atrapar los propios peces. Cocerlos al fuego de una pequeña pila de madera. Cantar en voz alta como un niño (Qué podemos hacer con un marinero borracho? ) No extraño las ciudades. Estocolmo pareciera cada vez más lejos. La desolación es inmensa en las islas del norte.
Querida. En el archipielago llueve todo el tiempo. Sin embargo, dijeron que hubo sol unas semanas antes. La temporada de lluvias hace que todo se vea tan dramático. Algo en los colores, en la luz. No sabría explicarlo. Remar es una actividad estoica. La sensación de arribar a donde te lleva en viento y despertar en una isla como sobre el corazón de una ballena. Atrapar los propios peces. Cocerlos al fuego de una pequeña pila de madera. Cantar en voz alta como un niño (Qué podemos hacer con un marinero borracho? ) No extraño las ciudades. Estocolmo pareciera cada vez más lejos. La desolación es inmensa en las islas del norte.
domingo, septiembre 14
Algunas cosas, dicen los sabios/Mary Oliver
Algunas cosas, dicen los sabios que conocen todo,
no están vivas. Yo digo,
ustedes vivan la vida a su manera y déjenme tranquila.
He hablado con las nubes más pálidas en el cielo cuando tienen
miedo de quedarse atrás; he dicho, Apúrense, apúrense!
y me han contestado: gracias, nos estamos apurando.
Sobre las vacas y las estrellas de mar y las rosas no hay ninguna
discusión. Mueren, después de todo.
Pero el agua es un interrogante, tantas cosas vivas en ella,
Pero está, en si misma, viva o no? Oh, reluciente
Generosidad, cómo pueden prescribirte?
Mientras pienso estoy sentada en la arena al lado
del puerto. Estoy sosteniendo en mi mano
pequeñas partes de granito, pirita, roca.
Cada una, ahora mismo, tan minuciosamente dormida.
Algunas cosas, dicen los sabios que conocen todo,
no están vivas. Yo digo,
ustedes vivan la vida a su manera y déjenme tranquila.
He hablado con las nubes más pálidas en el cielo cuando tienen
miedo de quedarse atrás; he dicho, Apúrense, apúrense!
y me han contestado: gracias, nos estamos apurando.
Sobre las vacas y las estrellas de mar y las rosas no hay ninguna
discusión. Mueren, después de todo.
Pero el agua es un interrogante, tantas cosas vivas en ella,
Pero está, en si misma, viva o no? Oh, reluciente
Generosidad, cómo pueden prescribirte?
Mientras pienso estoy sentada en la arena al lado
del puerto. Estoy sosteniendo en mi mano
pequeñas partes de granito, pirita, roca.
Cada una, ahora mismo, tan minuciosamente dormida.
jueves, septiembre 11
lunes, septiembre 8
Prosa 9/Mary Oliver
Y cómo creías que iba a ser el amor? Un día de verano? Cada maleza en su lugar y largos tramos de barro? Flores en cada campo, en cada jardín, con sus vértices suaves y sus hombros color pastel? Una calle tras otra, la basura se traba en las alcantarillas. Una habitación tras otra, los amantes se conocen, se enojan, pelean, piden a gritos. Uno o dos saltan por la ventana. La mayoría simplemente apoya, exhausta, los brazos en el marco. Hicieron todo lo que podían. Cerca, al águila dorada le brotan un millar de plumas en la parte de atrás de la cabeza, cada una con la forma diminuta pero perfecta de una lanza.
Y cómo creías que iba a ser el amor? Un día de verano? Cada maleza en su lugar y largos tramos de barro? Flores en cada campo, en cada jardín, con sus vértices suaves y sus hombros color pastel? Una calle tras otra, la basura se traba en las alcantarillas. Una habitación tras otra, los amantes se conocen, se enojan, pelean, piden a gritos. Uno o dos saltan por la ventana. La mayoría simplemente apoya, exhausta, los brazos en el marco. Hicieron todo lo que podían. Cerca, al águila dorada le brotan un millar de plumas en la parte de atrás de la cabeza, cada una con la forma diminuta pero perfecta de una lanza.
jueves, septiembre 4
Algunas preguntas que podrías preguntar/Mary Oliver
Es el alma sólida, como el hierro?
O es tierna y frágil, como
las alas de una polilla en el pico del búho?
Quién la tiene y quién no?
Sigo mirando alrededor mío.
La cara del alce es tan triste
como la cara de Jesús.
El cisne abre sus alas blancas lentamente.
En la caída, el oso negro arrastra hojas hacia la oscuridad
Una pregunta lleva a otra.
Tiene una forma? Como un iceberg?
Como el ojo de un colibrí?
Tiene un pulmón, como la serpiente y la almeja?
Porque debería tenerla yo? Y no la osa hormiguera
que ama a sus hijos?
Por qué debería tenerla yo y no el camello?
Llegar a pensarlo, qué hay de los arces?
Qué hay del lirio azul?
Qué hay de las pequeñas piedras, sentadas solas en la luz de la luna?
Qué hay de las rosas y los limones y sus hojas brillantes?
Qué hay del pasto?
Es el alma sólida, como el hierro?
O es tierna y frágil, como
las alas de una polilla en el pico del búho?
Quién la tiene y quién no?
Sigo mirando alrededor mío.
La cara del alce es tan triste
como la cara de Jesús.
El cisne abre sus alas blancas lentamente.
En la caída, el oso negro arrastra hojas hacia la oscuridad
Una pregunta lleva a otra.
Tiene una forma? Como un iceberg?
Como el ojo de un colibrí?
Tiene un pulmón, como la serpiente y la almeja?
Porque debería tenerla yo? Y no la osa hormiguera
que ama a sus hijos?
Por qué debería tenerla yo y no el camello?
Llegar a pensarlo, qué hay de los arces?
Qué hay del lirio azul?
Qué hay de las pequeñas piedras, sentadas solas en la luz de la luna?
Qué hay de las rosas y los limones y sus hojas brillantes?
Qué hay del pasto?
Etiquetas:
traducciones
lunes, septiembre 1
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Archivo del blog
-
▼
2008
(39)
-
▼
diciembre
(6)
- La caligrafía de su nombre en chino (6)Todavía no ...
- la caligrafía de su nombre en chino (5)¿Y si fuera...
- La caligrafía de su nombre en chino (4) Era otro h...
- La califrafía de su nombre en chino (3)Él dijo.En ...
- La caligrafía de su nombre en chino (2)Él dijo.Aqu...
- la caligrafía de su nombre en chinoél dijo.aquí la...
-
►
noviembre
(7)
- renuncio.
- Korea LiteralCuando hace tres años, me convertí en...
- LLamadas telefónicasLos zapatos azules me hacen do...
- Hay unos tilos en Mendoza, Valeria…las cartas que ...
- Daily solitude, infinite sadnessLlevar diario es u...
- all together nowhace algunos años, en el patio de ...
- ***/del RecreoLlamar a un niño por el nombre de un...
-
►
octubre
(15)
- Bajo un rocío glacial no hayplaceres ni dulzuras n...
- And a kiss from autumny Londonbrings me back to be...
- Hoy me despertóun beso que volaba en el otoño de L...
- We are not supposed to be/Adam Greenis here for re...
- No se supone que seamos/Adam GreenImaginate un lug...
- el amor entre la vaca y el pinguino no es un amor ...
- Duermevela/Querido:Despierto de una pesadilla. Nue...
- Para MauroMedio día de septiembre.Leemos sobre el ...
- la calle de la memoriaayer leímos en la ex-esma. e...
- Cenar en Chile ¿O en Japón?Extraño a mis amigas.
- Para BegoñaMe dieron ganas de preguntarte si te pa...
- Artefacto/Nicanor ParraDo not touch meI´m not a wo...
- Estar en SantiagoLlegar a un lugar nuevo siempre i...
- Quiero escurrirme en filo del aguacomo un pez.
- Un hueso pelado cuando alcanza el pisocruje con un...
-
►
septiembre
(11)
- Los días lejos de la voz/Para FranciscoSi decimosa...
- Para FranciscoMe da una patadaen el centro del ojo...
- Los días difícilesen la planta del pie me crece un...
- Para LucíaYo te dije: No sé porqué últimamente las...
- Andrea, 6 años:Hoy es el día viernes y los lápices...
- Soñé con una carta de amorQuerida. En el archipiel...
- Algunas cosas, dicen los sabios/Mary OliverAlgunas...
- Sin título
- Prosa 9/Mary OliverY cómo creías que iba a ser el ...
- Algunas preguntas que podrías preguntar/Mary Olive...
- Bob Dylan/1966Uno de nosotros tiene que saber (tar...
-
▼
diciembre
(6)