dime quién eres y te diré con quién
duermes...
En el sueño, no existían cupos ni vedas, únicamente el celo y la brama, y cada noche volvía a ser marzo. Ese día, dos animales daban saltos prodigiosos al golpe de gracia de la pólvora, y lo que se levantaba, en el rececho, además de una luna inmensa, eran las patas rojas y la tierra, roja también, del bosque ¿Quién lo hubiera dicho, visto siquiera? La caza de ciervos era ceremonia de cotejo: empezaba durante las últimas horas de la tarde y terminaba cuando la luz celeste iluminaba a las bestias en el predio con la gracia de muerte.
5 comentarios:
No quiero que mi profesión cuente secretos de mi colchón.
volviste, vale. qué bueno.
El tauromáquico
Valería dormiste con mi marido en mi cama , que pensabas ?
Te
Metiste a mi casa la casa de mis hijos a acostarte con tu terapeuta , mi marido , de manual, de cuarta
Publicar un comentario