jueves, febrero 11

Ella parecía tan considerada/Ted Hughes

y todo se había vuelto tan insoportable
mis amigos solemnes eran dos veces solemnes
mi amigos graciosos hacían más y más chistes

pero sus cabezas sudaban decaimiento,
como las cosas muertas que quedan en una bolsa
y de las que uno se olvida de deshacerse.

Me mordí la palma de la mano
y olí mortificación.

Después llegó un pájaro.
Dijo: “Tu mundo ha muerto.”
Y sonó dramático.

Pero mi mascota, el helecho tieso, el único espíritu compañero que todavía apreciaba,
en realidad se había secado.

Como si la Vida hubiera decidido desertarme.
Como si hubiera visto más esperanza en cualquier otra parte.

Después, el ser con alas me envolvió diciendo:
“Mirá el sol. Soy la única criatura
que nunca lastimó a ningún ser viviente.”

Estuve alegre de cerrar los ojos, y ser abrazado.
Si estaba muerto o aún no había nacido, no me importó.

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