Nadia
Es viernes, de una esquina de la sala llegan las voces de dos chicos. Mencionan un nombre que no llego a oír bien: nada más lindo que dos chicos hablando de una chica linda, una chica que les gusta. Cuentan que bailaba sobre el oleaje del miércoles a la noche sin furia y se quebraba en los compases correctos de la música pero por intervalos, por eso había magia. Era como un pulmón solar por el que amanecía, de su remera llena de tajos en la espalda salía la luz. Era...
una chica con un nombre nórdico,
una chica muy rubia,
una chica con el pelo corto,
una chica que trabaja de moza.
Mañana voy a pasar por Kim y Novak, es que la quiero conocer.
miércoles, abril 28
jueves, abril 15
Tilos
Era el mes de las hojas:
cada diciembre una tila blanca, el olor en las ventanas-
y se acodaban para ver:
una hoja del sueño y en el sueño: una mujer
los hijos de los árboles en un brazo debajo
como un ala.
En el país donde crecían
la tierra estaba húmeda, la lluvia
se contaba en la lengua, en la palma de la mano.
Flores blancas, principios blancos también:
cuarenta y nueve años al pie de una raíz
que tenía en el fondo las escamas.
Del otro lado estaba el agua- la dársena donde corrían los hombres.
Llegaron en los barcos,
pusieron un pie blanco en la tierra y después:
todo era largas extensiones, largas horas con cartas a caballo-
Querido: te escribo con la última luz, cuando esta carta llegue…
Esperaban.
Las horas levaban como la harina blanca
y se hacían pan.
Los años por venir
se celebraban en el trigo, se ponían de noche
al borde de la cama para rezar.
Querido: cuando esta carta llegue será
primavera en la historia de los árboles, tendremos
palo a pique las piernas
formando el corral de la familia:
una piedra de clemencia para el tiempo,
las batallas blancas de la leche,
la corteza roída por amor a la tierra.
Ella dijo.
El árbol del aroma es el árbol del sueño.
Del suelo subía un perfume ligero
y se miró los pies:
un árbol le brotaba en el arco con una flor blanca
–en el sueño del tilo a ella
le crecían hojas en la axila y la flor en la planta,
caminaba sobre un colchón de flores–.
Una melodía simple
de voz y de piano llegó
con un viento del norte en una lengua extraña
y decía.
… en la frente del viento el tilo
cae sobre su propio pie: el corazón del árbol es un órgano
que no se parte sin el hacha. El corazón del hombre
es un bisel del mundo, una raíz.
El dijo.
El origen en la vereda del campo es fértil: un niño planta,
otro rama pelada y flor
de desnudez todavía. Las hojas que hagan la sombra
van a venir después. En el comienzo:
mundo sencillo de dos partes
árboles perennes los que no pierden las hojas
arboles caducos los que sí.
¿Y los niños?
Suaves:
un pulgar roído de pasarse la lengua.
Ella pensó y no dijo que los niños
de los árboles no tienen, no podrían tener,
raíces
y le salía una hoja
verde oscuro en la cavidad del brazo.
Ahora abría que armar una nueva
taxonomía para los niños:
seguir la curvatura del tronco, del pie, de los niños hirviendo el té
en el agua de su propio cuerpo.
Todavía quedaba por decir:
para los niños colgados de los árboles
hay un borde aserrado con un jardín de huérfanos y la intuición
para beber la rama de los dedos .
¿Dormirán, duermen, los niños de los tilos?
Es el tiempo de la caída de las hojas y todavía falta
el fin de enero, febrero completo y el principio de marzo.
Hace cinco veranos que no llueve.
Era el mes de las hojas:
cada diciembre una tila blanca, el olor en las ventanas-
y se acodaban para ver:
una hoja del sueño y en el sueño: una mujer
los hijos de los árboles en un brazo debajo
como un ala.
En el país donde crecían
la tierra estaba húmeda, la lluvia
se contaba en la lengua, en la palma de la mano.
Flores blancas, principios blancos también:
cuarenta y nueve años al pie de una raíz
que tenía en el fondo las escamas.
Del otro lado estaba el agua- la dársena donde corrían los hombres.
Llegaron en los barcos,
pusieron un pie blanco en la tierra y después:
todo era largas extensiones, largas horas con cartas a caballo-
Querido: te escribo con la última luz, cuando esta carta llegue…
Esperaban.
Las horas levaban como la harina blanca
y se hacían pan.
Los años por venir
se celebraban en el trigo, se ponían de noche
al borde de la cama para rezar.
Querido: cuando esta carta llegue será
primavera en la historia de los árboles, tendremos
palo a pique las piernas
formando el corral de la familia:
una piedra de clemencia para el tiempo,
las batallas blancas de la leche,
la corteza roída por amor a la tierra.
Ella dijo.
El árbol del aroma es el árbol del sueño.
Del suelo subía un perfume ligero
y se miró los pies:
un árbol le brotaba en el arco con una flor blanca
–en el sueño del tilo a ella
le crecían hojas en la axila y la flor en la planta,
caminaba sobre un colchón de flores–.
Una melodía simple
de voz y de piano llegó
con un viento del norte en una lengua extraña
y decía.
… en la frente del viento el tilo
cae sobre su propio pie: el corazón del árbol es un órgano
que no se parte sin el hacha. El corazón del hombre
es un bisel del mundo, una raíz.
El dijo.
El origen en la vereda del campo es fértil: un niño planta,
otro rama pelada y flor
de desnudez todavía. Las hojas que hagan la sombra
van a venir después. En el comienzo:
mundo sencillo de dos partes
árboles perennes los que no pierden las hojas
arboles caducos los que sí.
¿Y los niños?
Suaves:
un pulgar roído de pasarse la lengua.
Ella pensó y no dijo que los niños
de los árboles no tienen, no podrían tener,
raíces
y le salía una hoja
verde oscuro en la cavidad del brazo.
Ahora abría que armar una nueva
taxonomía para los niños:
seguir la curvatura del tronco, del pie, de los niños hirviendo el té
en el agua de su propio cuerpo.
Todavía quedaba por decir:
para los niños colgados de los árboles
hay un borde aserrado con un jardín de huérfanos y la intuición
para beber la rama de los dedos .
¿Dormirán, duermen, los niños de los tilos?
Es el tiempo de la caída de las hojas y todavía falta
el fin de enero, febrero completo y el principio de marzo.
Hace cinco veranos que no llueve.
miércoles, abril 14
si el cielo está cerrado, como esta noche
En esta casa la lluvia se escucha muy fuerte, es como vivir en una caja de resonancia. O en un poema, ¿porqué no? Pero uno de los tiempos por venir: cuando éramos una familia numerosa alrededor del fuego y no teníamos miedo. Alguien llegaba descalzo, en medias gruesas de invierno con talón, y se sentaba en un arco móvil de la luz para leernos en voz alta ¿En que lugar existe el pasado que nos imaginamos? Busco entre los libros de la mesa de noche, en las imágenes de las películas que vi y me gustaron mucho, en las frases sueltas de la gente que, como yo, a veces habla sola en la calle pero en realidad está hablando con alguien.
Cuando nos enamoramos ese pasado del que hablo se vuelve más nítido, y cuando nos separamos también pero con nostalgia. Al final, estamos todo el tiempo construyendo ese relato difícil ¿quienes somos? ¿de dónde venimos? En esta casa, algunos días apenas vive una sombra, no soy yo, no es mi madre. Por momentos puede ser un primo lejano que vimos en alguna reunión familiar cuando éramos chicos y quisimos mucho porque guardaba una semejanza misteriosa.
Es tarde y dormir poco a veces nos asusta. Un blanco fijo, blanco como el azúcar a través del vidrio. Ahora, cuando por el cansancio no recordamos demasiadas palabras, las ideas son más simples y más peligrosas: amó, fue, vino, esperó.
En esta casa la lluvia se escucha muy fuerte, es como vivir en una caja de resonancia. O en un poema, ¿porqué no? Pero uno de los tiempos por venir: cuando éramos una familia numerosa alrededor del fuego y no teníamos miedo. Alguien llegaba descalzo, en medias gruesas de invierno con talón, y se sentaba en un arco móvil de la luz para leernos en voz alta ¿En que lugar existe el pasado que nos imaginamos? Busco entre los libros de la mesa de noche, en las imágenes de las películas que vi y me gustaron mucho, en las frases sueltas de la gente que, como yo, a veces habla sola en la calle pero en realidad está hablando con alguien.
Cuando nos enamoramos ese pasado del que hablo se vuelve más nítido, y cuando nos separamos también pero con nostalgia. Al final, estamos todo el tiempo construyendo ese relato difícil ¿quienes somos? ¿de dónde venimos? En esta casa, algunos días apenas vive una sombra, no soy yo, no es mi madre. Por momentos puede ser un primo lejano que vimos en alguna reunión familiar cuando éramos chicos y quisimos mucho porque guardaba una semejanza misteriosa.
Es tarde y dormir poco a veces nos asusta. Un blanco fijo, blanco como el azúcar a través del vidrio. Ahora, cuando por el cansancio no recordamos demasiadas palabras, las ideas son más simples y más peligrosas: amó, fue, vino, esperó.
viernes, abril 9
witt /patti smith*
i
donde había ángeles no vi ninguno. nada, siquiera espacio. el aire leche helada. helado palito de banana. papel blanco. el tiempo estirándose como una mano que cubre. hay que vencer al tiempo. tengo un deseo, la gran despedida. viajar. ir de fiesta. safari. lugares alejados. dialectos, junglas, pagodas. amado nido desértico.
ii
mirá esta tierra en la que estamos. almas perdidas. luna pálida sobre el carnaval. desierto. no hay luz nocturna en esta isla. la noche cae como el último telón. qué shakespeareano. carnaval de idiotas. de los seducidos y los desacreditados. de los que fueron engañados. de los de piel etiope. que duermen todo el tiempo mientras la cosa pasa. el leopardo rueda por encima. total pero se sonroja ante el descubrimiento de su saco con pintas.
iii
pasá la semilla de mostaza. deslizá una debajo de la lengua. embalada en cristal. envuelta en las hojas de una biblia. partí la mía en dos. meté una debajo de mi uña. owww qué tortura. al menos voy a recordarlo. caminando en la arena. extraño. cloroformo…
iv
estoy practicando cortesía con ángeles. en lugar de ser indiferentes baten sus plumas. rápido movimiento de alas. vena-o-palidez de pavo real. más increíbles que los celebrados ventiladores chinos. ventiladores que dejan pelados y secos a los pájaros blancos. ellos baten baten. me dejan sin aliento. impura pero satisfecha. aniquilada por completo. pero incluso así me pregunto… es posible que exista una luz más natural. una que descanse en paz y sea vital. grueso aro de cromo muy pulido.
v
mirame caminar por la jungla. desnuda qué noble. la única salvaje sobreviviente. civilizada pero todavía sin la puntada. por sobre todas las cosas está el águila blanca. gran mito. que él sea albino o místico es igual para mí. Ahora ya es grande como una casa de tropas. su pija se baja. como la escalera de rescate cae desde un helicóptero. una escalera inmensa y perfecta. un puente para monos. un arco. una autopista. puedo ver a los animales correr de a pares. para refugiarse y estar seguro está conmigo ahora. sabemos qué hacer. mover la noche con amor. el sexo, a diferencia del extraño, puede mover montañas. y yo soy un agujero abriéndose. un pozo para pijas. por un segundo, no-ahhh. virtud expendedora. ángeles desfigurados
donde no había arañas yo vi arañas
penetración hasta que acabé como un derramamiento.
patti te quiero.
viernes, abril 2
Lluvia-Mary Oliver/traducido junto a Martín Armada
1
Toda la tarde llovió, después
un gran poder descendió de las nubes
en un hilo amarillo,
tan autoritario como se supone que es Dios.
Cuando golpeó el árbol, el cuerpo de ella
se abrió para siempre.
2 El Pantano
Anoche, en la lluvia, algunos hombres treparon
el alambre de púa del centro de detención
En la oscuridad se preguntaron si podrían hacerlo, y supieron
que tenían que intentar hacerlo.
En la oscuridad treparon el cerco, puñado tras puñado
de alambre de púa.
Incluso en la oscuridad, a la mayoría los atraparon
y los encerraron de nuevo.
Pero algunos todavía están trepando el alambre de púa, o cruzando
el pantano azul del otro lado.
¿Cómo se siente el alambre de púa cuando lo agarrás, como si
fuera una hogaza de pan o un par de zapatos?
¿Cómo se siente el alambre de púa cuando lo agarrás, como si
fuera un plato y un tenedor o un ramo de flores?
¿Cómo se siente el alambre de púa cuando lo agarrás, como si
fuera la manija de una puerta, papeles de trabajo, una sábana limpia
que querés echarte sobre el cuerpo?
3
O esto: un día de lluvia, mi tío
sobre un colchón de flores,
frío y roto,
arrastrado desde el auto abandonado
con su tapón de trapos y el brillo
de la manguera. Mi padre
gritó,
después vino la ambulancia,
después miramos a la muerte,
después la ambulancia se lo llevó.
Desde la galeria de la casa
me di vuelta de nuevo
buscando a mi padre, que se había quedado,
que todavía estaba parado entre las flores
que era ese hombre embarrado e inmóvil
que era esa pequeña figura en la lluvia.
4 Temprano, Mi cumpleaños
En los trineos rosas de sus cuerpos, los caracoles se están moviendo
entre las flores azules.
La araña está dormida entre los pulgares rojos
de las moras.
¿Qué debería hacer, qué debería hacer?
La lluvia es lenta.
Los pequeños pájaros están vivos en ella.
Incluso los cascarudos.
Las hojas verdes beben a lengüetazos.
¿Qué debería hacer, qué debería hacer?
La avispa está sentada en la galeria de su castillo de papel.
La garza azul flota más allá de las nubes.
Los peces saltan, todo arco iris y boca, en el agua oscura.
Esta mañana, las lilas de agua no son menos lindas, pienso,
que las lilas de Monet.
Y ya no sé si quiero más ser útil, ser dócil, conducir
a los niños fuera del campo hacia el texto
de la civilidad, enseñarles que son (que no son) mejores
que el pasto.
5 En el Borde del Océano
He escuchado esta música antes
dijo el cuerpo.
6 El Jardín
La manga
fruncida del repollo,
la campana hueca
del ají,
la cebolla laqueada.
Remolachas, ortiga, tomates,
chauchas.
Entré y puse todo
sobre la mesada: cebollines, perejil, pepino,
el zapallo como una nube pálida,
arvejas en sus zapatos de seda, el maíz resplandeciente
empapado de lluvia.
7 El bosque
De noche
bajo los árboles
la serpiente negra
repta hacia delante
frotando
con aspereza
los tallos de las sanguinarias,
las hojas amarillas,
pequeñas corteza de canto rodado
se desprenden
de la vida vieja.
No sé
si ella sabe
lo que está sucediendo.
No sé
si ella sabe
que funcionará.
A la distancia
la luna y las estrellas
dan una luz tenue.
A la distancia
el búho llama.
La serpiente sabe
que estos son los bosques del búho,
que estos son los bosques de la muerte,
que estos son los bosques de las privaciones,
donde uno vive el la corteza de los árboles,
donde uno se tiende entre las ramas salvajes
y ellas no pueden soportar tu peso,
donde la vida no tiene propósito
y no es civil ni inteligente.
Donde la vida no tiene propósito
y no es civil ni inteligente
empieza
a llover
empieza
a oler como el cuerpo de las flores.
En la nuca
la piel vieja
se parte.
La serpiente tiembla
pero no duda.
Avanza lentamente,
comienza a sangrar
como el satén.
1
Toda la tarde llovió, después
un gran poder descendió de las nubes
en un hilo amarillo,
tan autoritario como se supone que es Dios.
Cuando golpeó el árbol, el cuerpo de ella
se abrió para siempre.
2 El Pantano
Anoche, en la lluvia, algunos hombres treparon
el alambre de púa del centro de detención
En la oscuridad se preguntaron si podrían hacerlo, y supieron
que tenían que intentar hacerlo.
En la oscuridad treparon el cerco, puñado tras puñado
de alambre de púa.
Incluso en la oscuridad, a la mayoría los atraparon
y los encerraron de nuevo.
Pero algunos todavía están trepando el alambre de púa, o cruzando
el pantano azul del otro lado.
¿Cómo se siente el alambre de púa cuando lo agarrás, como si
fuera una hogaza de pan o un par de zapatos?
¿Cómo se siente el alambre de púa cuando lo agarrás, como si
fuera un plato y un tenedor o un ramo de flores?
¿Cómo se siente el alambre de púa cuando lo agarrás, como si
fuera la manija de una puerta, papeles de trabajo, una sábana limpia
que querés echarte sobre el cuerpo?
3
O esto: un día de lluvia, mi tío
sobre un colchón de flores,
frío y roto,
arrastrado desde el auto abandonado
con su tapón de trapos y el brillo
de la manguera. Mi padre
gritó,
después vino la ambulancia,
después miramos a la muerte,
después la ambulancia se lo llevó.
Desde la galeria de la casa
me di vuelta de nuevo
buscando a mi padre, que se había quedado,
que todavía estaba parado entre las flores
que era ese hombre embarrado e inmóvil
que era esa pequeña figura en la lluvia.
4 Temprano, Mi cumpleaños
En los trineos rosas de sus cuerpos, los caracoles se están moviendo
entre las flores azules.
La araña está dormida entre los pulgares rojos
de las moras.
¿Qué debería hacer, qué debería hacer?
La lluvia es lenta.
Los pequeños pájaros están vivos en ella.
Incluso los cascarudos.
Las hojas verdes beben a lengüetazos.
¿Qué debería hacer, qué debería hacer?
La avispa está sentada en la galeria de su castillo de papel.
La garza azul flota más allá de las nubes.
Los peces saltan, todo arco iris y boca, en el agua oscura.
Esta mañana, las lilas de agua no son menos lindas, pienso,
que las lilas de Monet.
Y ya no sé si quiero más ser útil, ser dócil, conducir
a los niños fuera del campo hacia el texto
de la civilidad, enseñarles que son (que no son) mejores
que el pasto.
5 En el Borde del Océano
He escuchado esta música antes
dijo el cuerpo.
6 El Jardín
La manga
fruncida del repollo,
la campana hueca
del ají,
la cebolla laqueada.
Remolachas, ortiga, tomates,
chauchas.
Entré y puse todo
sobre la mesada: cebollines, perejil, pepino,
el zapallo como una nube pálida,
arvejas en sus zapatos de seda, el maíz resplandeciente
empapado de lluvia.
7 El bosque
De noche
bajo los árboles
la serpiente negra
repta hacia delante
frotando
con aspereza
los tallos de las sanguinarias,
las hojas amarillas,
pequeñas corteza de canto rodado
se desprenden
de la vida vieja.
No sé
si ella sabe
lo que está sucediendo.
No sé
si ella sabe
que funcionará.
A la distancia
la luna y las estrellas
dan una luz tenue.
A la distancia
el búho llama.
La serpiente sabe
que estos son los bosques del búho,
que estos son los bosques de la muerte,
que estos son los bosques de las privaciones,
donde uno vive el la corteza de los árboles,
donde uno se tiende entre las ramas salvajes
y ellas no pueden soportar tu peso,
donde la vida no tiene propósito
y no es civil ni inteligente.
Donde la vida no tiene propósito
y no es civil ni inteligente
empieza
a llover
empieza
a oler como el cuerpo de las flores.
En la nuca
la piel vieja
se parte.
La serpiente tiembla
pero no duda.
Avanza lentamente,
comienza a sangrar
como el satén.
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